domingo, 29 de agosto de 2010

Cine para pensar

     A través de la historia del cine y la expresión de los actores, el público puede sentir diferentes expresiones sensoriales, las cuales le lleven a comunicar la realidad vivida en cada uno. Los modelos y los instrumentos de comunicación tanto verbales y escritos como visuales, hacen que el ser humano explore experiencias que desarrollen su imaginación donde su capacidad de crear y analizar no tenga límites. La vida dentro de la magia del cine hace que cada experiencia sea diferente de acuerdo a la vida de cada uno. Las representaciones comunicativas nos llevan a imaginar, crear y nos hacen llegar a nuestra realidad. La naturaleza intelectual se basa en el desarrollo de elementos comunicativos que van desde las creencias, información, ética, que de acuerdo a las leyes de vida por cada uno puedes vivir una experiencia que te lleve al infinito.


     Es por esto que la naturaleza de la magia del cine comienza mucho antes de la pantalla grande. La audiencia llega a enfrentarse con un bagaje cultural y social que determina sus pensamientos, acciones y carácter. El público vive una realidad con reglas a seguir, con leyes a respetar y modelos por los que dejarse guiar. Igualmente llegan empapados de creencias, ya sean políticas, religiosas o éticas, que dominan parte de su subconsciente. Llevan consigo teorías de lo que debe ser y lo que no. La magia del cine se da en el momento donde utilizando instrumentos tecnológicos, investigación y tecnologías de información, logramos adentrarnos y rebasar el trasfondo antes mencionado para comunicar a ellos una nueva idea, una conclusión diferente o incluso una alternativa que no habían considerado. Esta reproducción de comunicación identifica la audiencia con una historia similar a la de ellos pero con posibilidades y fin distinto. Es mágico el poder brindar un espacio en blanco para que el público suelte su bagaje y permita que llenemos ese espacio con realidades de vida, información, alegría, romance, suspenso o acción.